About Spain:
https://revistas.um.es/areas/article/view/118631/111931
The article does not include much information about the Second World War period, nor about the specific questions you are interested in, but it has some information about the Spanish fishing fleet of the period and as an introduction it can be of some help.
What follows, which talks about cod fishing by Spanish ships in the northwest Atlantic, has some more details that can help you:
EL PERIODO 1939-1950
Uno de los elementos más importantes a destacar de este periodo es que la producción bacaladera, aunque iba creciendo, se mantuvo en niveles bastante modestos hasta 1950, año en que se rompió bruscamente al alza, llegando en 1951 a cuadriplicar las capturas de 1945. Este aumento de la producción se basó por un lado en el aumento de la flota –hasta 22 barcos– de las empresas bacaladeras nacionales, apoyadas económicamente por el régimen, y, por otro lado, a la incorporación a esta pesquería de buena parte de la flota parejera que faenaba en Gran Sol y en aguas africanas (Giráldez 1997).
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) afecta el acceso a los caladeros. Paralelamente, en estos años de posguerra española el Gobierno apoya un fuerte desarrollo de la industria pesquera que dé respuesta a la penuria económica en la que se encuentra el país.
En el año 1942, en plena guerra mundial, se incorpora una nueva empresa bacaladera: PEBSA (Pesquerías del Bacalao S.A.), con base en el puerto de La Coruña. Luego, en el año 1944, surge una nueva compañía de bous bacaladeros: COPIBA (Compañía de Pesca e Industrias del Bacalao), con base en Vigo. Y en 1945 Pysbe se extiende a Galicia estableciendo una nueva factoría en Ferrol (Coruña).
Al inicio de dicha contienda se declaran, entre otras, zonas de guerra las aguas de Terranova y Groenlandia. Esto provoca que durante los años 1943 y 1944 se prohíba a los barcos cruzar el Atlántico para ir a la pesca del bacalao. La norma señalaba que el casco del barco tenía que ir pintado de negro y la superestructura de ocre. Además, la guerra va a tener sus repercusiones en el conjunto de la economía española. En concreto, habrá dificultades en el abastecimiento de materias primas, productos energéticos y bienes de equipo. A lo que hay que añadir la propia actividad pesquera.
Se quedan trabajando en Canarias los barcos “Ábrego”, “Tramontana”, “Mistral”, “Cierzo” y algún otro. Pescan corvina y la salan. En total trabajan once meses en esas aguas.
Luego, con una autorización de los Aliados consiguen de nuevo en el año 44 cruzar el Atlántico, pero lo tienen que hacer por la ruta del sur, es decir, por las Azores. La compañía envía únicamente dos barcos, el “Ábrego” y el “Cierzo”. El único puerto permitido por los aliados en Terranova era el de Bay Bulls, al sur de Saint John’s. Y ya en el 45 se concede la autorización para pescar en todo el Gran Banco. Por ello, la compañía envía toda su flota y en ella están incluidos todavía los barcos de carbón como el “Mistral”, el “Hispania”, el “Euskal Erria” y el “Galerna”.
Este periodo de “veda forzosa” traerá consigo una abundancia extraordinaria de pescado en aquellas aguas. Así, tenemos el caso del “Ábrego”, que estará sin tocar tierra dos meses y regresa a los cuatro con 1.106 toneladas. Sólo estaban los portugueses trabajando allí.
En 1945 Pysbe inauguró en el puerto de Ferrol una nueva factoría semejante a la de Pasajes.
Los primeros seis barcos de Pysbe estaban equipados con motores de vapor y todos ellos fueron comprados en el extranjero. A partir de la sexta unidad ya eran de motores diesel y se construyen en astilleros españoles.
El auge de la empresa se debe en buena medida a la Ley del 24 de junio de 1942, que concede a la empresa un crédito de 24 millones de pesetas5. Según el historiador Zurbano, esta nueva inyección económica hará que cese la adquisición de sus barcos en astilleros extranjeros y comprará sus buques a la Sociedad Española de Construcción Naval de Sestao (Bizkaia).
Source:
https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10 ... sAllowed=y